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#SerAlumni: Conversamos con Carlos Segura, historiador e investigador.



Nuestra Coordinadora de Alumni, Shirley Bonilla, entrevistó a Carlos Segura, historiador, investigador y profesor de la Universidad Di Tella, quien es Alumni 2019 de nuestra Fundación.


¿Sabemos qué pasa con los y las jóvenes después de la escuela?, ¿Qué impacto tienen los estudios universitarios en sus proyectos de vida y su acceso al mundo laboral?, ¿Son condicionantes?, ¿Son determinantes? En una distendida charla, Shirley y Carlos conversaron sobre el Acceso Universitario en nuestro país e intentaron buscar respuestas a estas preguntas.


“Ser profesor (de 1ero y 2do año) e investigador universitario, es interesante porque es un proceso de transición entre el secundario y la universidad”, expresó Carlos y afirmó que la responsabilidad del profesor de primer año es ayudar en ese cambio y construir junto a ellos las herramientas para insertarse e iniciar ese camino de construcción intelectual qué implica entrar a la Universidad.


Carlos destacó la importancia de tener capacidad de adaptación y flexibilidad. “Es darse cuenta que uno tiene que ser lo más amplio y adaptable posible a ese espacio complejo que es un aula, un lugar diverso y heterogéneo. Al mismo tiempo, hay que ser capaz de cumplir con el rol que le es asignado a cada uno. En el mío, por ejemplo, como profesor de Historia”, describió.


Ante la pregunta de Shirley sobre los aspectos que más disfruta y cuáles son los que más lo desafían, el profesor indicó que le gusta ver que lo que él plantea y cómo piensa la materia y la clase, genera interés e interpela a los estudiantes: “Cuando uno se da cuenta que se inicia el proceso de construcción de pensamiento crítico, y se logra el clima de aula donde ellos se sienten parte, pero al mismo tiempo me hacen parte a mí, ese momento en el que se construye esa situación dialógica”, declaró.


Carlos se mostró muy preocupado frente a la complejidad del acceso a la Universidad en el que, según CIPEC, solo 2 de cada 10 estudiantes acceden a estudios superiores. “Esto implica muchas cosas, efectivamente es un problema multidimensional. Desde cómo se trabajan las trayectorias individuales, lo difícil que puede resultar decidir a los 17 años lo que uno quiere hacer para “toda su vida”, hasta las posibilidades socioeconómicas. Sumado a la realidad del país que viene siendo difícil desde hace mucho tiempo. Todo esto limita las oportunidades, particularmente las de los sectores populares”, analizó el historiador.


Al momento de reflexionar sobre esta situación, el Alumni sugirió “tratar de encontrar formas de apoyar las trayectorias individuales para que aquellas personas que desean y quieran ir a la universidad puedan tener la oportunidad de hacerlo” y afirmó que “distintas organizaciones están tratando de ayudar, pero la solución al problema es más macro. Sería importante desarrollar una construcción colectiva, ver cómo acompañar estas trayectorias individuales y que no solo el estado tenga una solución, sino que junto a las organizaciones se pueda colaborar en conjunto”.


Cuando Shirley le preguntó si la educación superior determina o condiciona la realidad laboral de los jóvenes, Carlos indicó que “no al 100%. Creo que tener una educación universitaria no te garantiza nada, pero no tenerla es mucho peor. No necesariamente porque uno sea más o menos persona por tener título universitario. Pero en la complejidad del mundo actual, el mundo laboral te demanda habilidades y certificaciones que hacen más complejo insertarse, vivir y trabajar sin tener un estudio universitario”.


Sin embargo, destacó que “eso no implica que una persona no pueda tener una vida plena, no pueda trabajar o desarrollar cosas sin un título. Nadie es más ni menos por eso. Pero creo que hoy en día se demandan otro tipo de habilidades y por eso, teniendo un título se abren más posibilidades de desarrollarse en proyectos personales”.


Sobre el final de la charla, el profesor de la Di Tella, concluyó que “la experiencia de la vida universitaria en sí es valiosa para vivirla”. Aunque diferenció entre quienes pueden transitarla más plenamente porque no tienen que trabajar para estudiar y aquellos que necesitan hacerlo para estudiar, expresó que “ese momento es valioso en sí mismo. Permite descubrir en uno una cantidad de habilidades distintas a las que responde la escuela secundaria y la escuela primaria. Son procesos de la vida muy diferentes”.




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